miércoles, 5 de junio de 2013

TRES IDEAS SOBRE EL CURSO EN GENERAL.



SOBRE EL CURSO EN GENERAL…

Si tuviéramos que destacar tres ideas sobre el curso en general, serían:

-         En el Imperio Otomano encontramos gran tolerancia religiosa, ya que se aceptaban varias religiones aunque la destacada era la musulmana. Además, el ejército era un elemento central. Destacan también los problemas que existían en torno a la sucesión.

-         En la Administración bajo los Austrias destacamos el sistema polisinodial, en el que cada territorio conserva su organización política. La organización de Castilla estaba basada también en este sistema: un sistema de consejos divididos temáticamente.

-         Como tercer y último punto, destacamos la sublevación de los Países Bajos. Comienza la Guerra de los Ochenta años en Flandes. Además, hay destacables problemas políticos y religiosos (pérdida del poder de los líderes locales, extensión del calvinismo e intransigencia religiosa).

CARLOS V



Carlos I de España Y V de Alemania

Con Carlos I sube al poder una nueva dinastía: los Austrias. Además, el hijo de Juana la loca y Felipe el Hermoso, recibe una gran herencia:

  • De su abuelo paterno, Maximiliano de Austria, recibe los territorios de Austria pertenecientes al Sacro Imperio Romano Germánico.
  • De su abuela paterna, María de Borgoña, recibe los Países Bajos y el Franco Condado.
  • De Fernando el Católico recibe la corona de Aragón.
  • De Isabel la Católica recibe la Corona de Castilla, Navarra y América.

La extensión de este reino acarreaba dos problemas: la seguridad en sus fronteras y el querer poner en práctica una política unitaria.

POLÍTICA INTERIOR:

Las bases del poder real, la administración: el sistema político se corresponde con la Monarquía Autoritaria, que desarrolla un sistema de consejos: secretarios y consejos (ayudaban en las tareas burocráticas), virreinatos y audiencias (el rey nombraba virreyes o representantes de la autoridad real),  la diplomacia (se crea un cuerpo de diplomados) y las finanzas (los principales ingresos para la manutención de todo lo mencionado anteriormente procedía de Castilla y del comercio con metales preciosos traídos desde América).
-          Problemas internos:
a)    la revuelta de las comunidades de Castilla
b)    las Germanías de Valencia

POLÍTICA EXTERIOR:

Carlos V tuvo la necesidad de construir una Monarquía Universal, es decir, un Imperio Universal y cristiano que se sustentase sobre la base imperial alemana, sobre el cristianismo como armazón ideológico y sobre el poder económico y militar en Castilla.
Las ideas de su política exterior son dos:
-          la conservación del título de emperador
-          garantizar la unidad religiosa en unos momentos donde las reformas religiosas triunfan.

ACONTECIMIENTOS DESTACABLES:

a)    La rivalidad con Francia.
b)    La amenaza del Imperio Turco.
c)     La lucha contra el Luteranismo en el Imperio Alemán.
d)    La conquista americana.

Tras haber dispuesto para su hijo la herencia que separaba el Imperio Alemán de la Monarquía Hispánica, la hacía más manejable y racional. Carlos V regresó a España para pasar sus últimos años de vida en la tierra que había llegado a significar para él más que cualquier otra de sus posesiones.

domingo, 2 de junio de 2013

ORÍGENES DEL MOVIMIENTO OBRERO



                Los primeros teóricos del socialismo, como Joaquín Abreu, Fernando Garrido o Sixto Cámara, eran burgueses demócratas, influenciados por el utopismo de Fourier, Owen o Saint-Simon. Tenían más de protesta contra la industrialización q de reivindicación de derechos laborales. La creación de las primeras asociaciones mutuas, cooperativas capaces ce plantear huelgas y negociaciones. La burguesía isabelina reaccionó contra estos primeros conatos.

                El inicio del Sexenio Democrático abrió nuevas expectativas que el proletariado pudiera defender sus propios intereses. En 1869 llegó a España Giuseppe Fanelli, discípulo anarquista Bakunin, como propagandista de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Al año siguiente organizó en Barcelona el Primer Congreso de la Federación Regional española de la Primera Internacional. Alarmados los partidos monárquicos buscaron en las Cortes ilegalizar a la AIT en España, pero chocó contra el derecho constitucional de asociación. Pero los internacionalistas sufrieron la división del movimiento obrero europeo entre bakuninistas y marxistas. En abril de 1872, el Congreso de Zaragoza supuso la expulsión de los marxistas, que fundaron la Nueva Federación Madrileña, orígen pocos años después del Partido Socialista Obrero Español, mientras de  las organizaciones fieles a la AIT se imponían las tesis anarquistas (Congreso de Córdoba, en 1873). La resistencia del empresariado, la alta conflictividad social, la brevedad del período republicano impidieron que esta legislación se implantara. Con la restauración de la Monarquía el asociacionismo obrero iba en retroceso.

LAS FRONDAS FRANCESAS


A la muerte de Richelieu, hubo un lapso de tiempo, la minoría de edad del Rey Luís XIV, en que el poder quedó en manos de un Consejo de Regencia. La reina madre, Ana de Austria y su favorito, el cardenal Mazarino, consiguieron que el Parlemento de París invalidase el testamento del soberano y le concediese el control de la administración del reino. La guerra franco-española y la consiguiente presión fiscal, generaron un gran descontento que se focalizó en el ministro extranjero y en su protectora.

La primera Fronda estalló en el Parlamento parisino. En enero de 1648 se presentaron a los Parlamentarios un grupo de medidas destinadas en su mayoría a recaudar fondos, entre ellas un cambio en las condiciones en que se concedía la Paulette a los miembros de otros tribunales soberanos. El intento de dividir a los altos dignatarios no dio resultado. Representantes de los organismos judiciales superiores redactaron una Carta de reclamaciones, que de ser aprobada, habría otorgado al Parlamento un alto control sobre la administración y las finanzas. Mazarino, tras pequeñas concesiones, esperó el momento oportuno para asestar un duro golpe a la oposición. Tras la detención de tres conocidos parlamentarios, la respuesta parisina fue inmediata, llenándose la ciudad de barricadas hasta que ese liberó a los prisioneros y se aceptaron los 27 artículos. Sin embargo, el triunfo no fue definitivo, la firma de los Tratados de Westfalia facilitó que Mazarino dispusiese de tropas para imponer su voluntad al Parlamento y sus partidarios.

En Enero de 1649, Ana de Austria revocó las concesiones y abandonó la capital con su hijo, apoyándose en el ejército de Conde. Los sublevados no rompieron sus relaciones con la Corona, centrando sus críticas en Mazarino. En París, el Parlamento decidió hacerse cargo del gobierno y se preparó para resistir la llegada de las topas de Conde. Milicias burguesas, improvisados batallones populares y contingentes de algunos nobles se aprestaron a defender a la ciudad sitiada. Pero debido a la dispersión y desconfianza, la Regente no tuvo muchas dificultades para la firma de la Paz de Rueil en Marzo de 1649, retornando la Corte a la capital y volviendo a la situación anterior a la revuelta.

La segunda Fronda esto protagonizada por la nobleza, debido a la pérdida de influencia que estaba experimentando en el nuevo modelo de funcionamiento del Estado. Convirtieron también a Mazarino en el blanco de sus críticas al sistema. Conde, debido a su rivalidad con Mazarino fue el principal personaje de esta Fronda, terminando en la cárcel por orden de la Regente, ante la indiferencia del pueblo de París. Pero las mujeres de los prisioneros movilizaron al resto de la nobleza, refugiándose en las Provincias para organizar la oposición al Cardenal. Finalmente, Mazarino, al frente de un ejército, consiguió derrotar a los nobles y a las tropas españolas que les apoyaban.

Los contundentes triunfos y el rebosamiento de la posición de Mazarino avivaron los odios y miedos de sus enemigos, favoreciendo el acercamiento entre nobleza y burguesía y la unión de las dos Frondas. Los miembros  del Parlamento resucitaron sus reclamaciones del 48 añadiendo la exigencia de la liberación de los nobles encarcelados. Mazarino abandonó el gobierno y el país, aunque siguió dirigiendo la política francesa desde colonia, acelerándose las divergencias en torno a la política a seguir. Tras la proclamación de la mayoría de Edad de Luís XIV en Septiembre de 1651, Conde abrió un último período de disturbios al sur del País. Una revuelta popular en Burdeos y levantamientos en el suroeste y Provenza, extendieron la guerra por media Francia hasta Agosto de 1653.

Las Frondas transformaron a la sociedad francesa, el régimen se había visto sumido en la autarquía, y gran parte del país quedó asolado y muchas personas murieron. El fracaso parlamentario y nobiliario fue seguido por una férrea reacción absolutista que fue aceptada sin resistencia. Tras la muerte de Mazarino en 1661, Luís XIV, rodeado de algunos colaboradores cualificados, emprendió un gobierno personal caracterizado por el restablecimiento del orden y el fortalecimiento de la autoridad real hasta extremos desconocidos. 

CARLOS III Y EL DESPOTISMO ILUSTRADO

  
El reinado de Carlos III (1759-1788) sintonizaba con las ideas racionalistas y filantrópicas de los filósofos europeos. Se consideraba la única fuente de poder del país e intervenía en los asuntos de gobierno. Se apoyo al principio en su equipo italiano, destacando el marques de Esquilache, secretario de Hacienda. Sus reformas chocaron con la resistencia de nobleza y clero. Una época de hambruna disparó la protesta popular.
Los motines de 1766 por todo el país se debieron a la carestía de productos y a una reacción xenófoba manipulada por un sector de la nobleza y – según dijeron entonces- por los jesuitas. El gobierno fue puesto en manos de españoles (Conde de Aranda) fracasando el intento antireformista por frenar la política ilustrada y Aranda pudo iniciar una ofensiva contra la compañía de Jesús que termino con la expulsión.
La política se orientó con los dos grupos reformistas: el sector aristocrático, encabezado por el conde de Aranda y los funcionarios de origen burgues (Campomanes y Floridablanca).
Las medidas reformistas de Carlos III eran aisldas, buscaban la eficacia de la gestión del Estado y mejorar el nivel de vida de la población, conforme a la visión ilustrada. Las competencias se repartían entre el Consejo de Castilla y las Secretarias de Estado y Despacho, que a partir de 1787 integraron la Junta Suprema de Estado, embrión del Consejo de Ministros.
A partir de 1766 se inició la reforma del régimen municipal, creando la figura de los diputados, aunque no logró frenar el aumento de poder de las oligarquías locales en el gobierno municipal. Se intentó eliminar la tortura, y se creó un banco Central encargado de la emisión de billetes y la negociación de la deuda pública.
Con los ilustrados (Floridablanca) llegaron las ideas fisiocráticas, se trató de racionalizar e incrementar la producción agraria, liberalizándose el comercio de cereales y eliminando las tasas. Aunque no logró acabar con la especulación. A falta de una reforma agraria general (bienes de manos muertas), se fortaleció la posición legal de los arrendatarios y se repartieron algunas tierras municipales. Se intentaron repoblar zonas de Andalucia nororiental con campesinos alemanes. Sin embargo, la tierra siguió en manos de unos pocos latifundistas, cultivada por un ejército de empobrecidos braceros.
En materia religiosa, los ministros de Carlos III profundizaron en la política regalista. La Inquisición aunque perdió buena parte de su poder, siguió siendo utilizada para reprimir conductas heterodoxas. Se expulsó a los jesuitas, considerados responsables del inmovilismo clerical.
Los proyectos realizados fueron tímidas reformas, por la lentitud burocrática y por la resistencia de algunos sectores sociales. Cabe destacar la nueva perspectiva con la que se enfocaron algunos problemas.

Introducción del tema ''Expulsión de los Moriscos''

La presente exposición tiene como objetivo reflejar un episodio trágico de la época morisca. Fruto de un cúmulo de conspiraciones, de sublevaciones y de decretos incumplidos, la expulsión morisca representa el fracaso de muchas décadas de tolerancia. A su vez, pretendemos hacer entender la erradicación total de una nación en minoría, basándonos en datos históricos extraídos de varias fuentes de información como libros especializados, periódicos y páginas de Internet.
Presentaremos 4 temas de este acontecimiento: las causas que llevan a Felipe III a firmar la expulsión, la sociedad morisca, el punto de vista humano, es decir, su sufrimiento y la conmemoración de este suceso en la actualidad.
                     La expulsión morisca 1609-1614

1)Causas y desarrollo de la expulsión:
         El año 1492 simboliza el fin del pequeño Estado musulmán ( que queda reducido a la capital y su vega) mediante las capitulaciones de Granada. Esto supuso una nueva etapa para la población morisca que se vio obligada a convertirse a la religión cristiana, donde el cardenal Cisneros represento una actitud menos conciliadora. Ej: son la quema de los  libros relativos a la secta mahomética en 1501).
         Se pretendía la asimilación de la cultura cristiana, erradicando a los nuevos fieles de su lengua, los vestidos tradicionales, las estructuras sociales, las costumbres y el culto a la religión del Islam.
         Con el paso del tiempo el rechazo a la conversión se convirtió en incumplimiento y la valoración negativa de los programas políticos religiosos  tenían como medida el destierro.
         Carlos V opta por una medida menos radical a causa de unos conflictos externos y opta por una asimilación a largo plazo(40 años) que tampoco facilito la integración de los moriscos.
         Sin embargo el comienzo del reinado de Felipe II impone una imagen intolerante y radicalizada contra una identidad que reafirma su ley islámica, mostrando un deterioro en las relaciones de las comunidades morisca y viejo cristiana.
         En 1567 se publica una pragmática real en la que de forma irrevocable se decide la asimilación de la civilización morisca a la dominante retrocristiana por la desaparición en plazo de un año de todas las peculiaridades culturales moriscas.
         La política de confesionalización de Felipe II, los riesgos inquisitoriales, las múltiples penitencias islamitas, así como la crisis socioeconómica y de la política internacional llevan a levantamientos como el de Granada en 1568.
         A este tipo de revueltas se suman los problemas en el plano exterior como los enfrentamientos a los turcos que representan una amenaza para las costas hispánicas que podían contar con el apoyo de la minoría morisca.
Pero la llegada de Felipe III y las deliberaciones del Consejo de Estado en 1609, apoyadas por el valido duque de Lerma, invocan la medida de expulsión por razones de seguridad y religiosa.
         Esta medida ocupó una posición central para la política de la Monarquía Hispánica que tuvo conflictos de naturaleza diferente en cada uno de los territorios afectados.
         Este despliegue militar representó el acto inicial y Valencia marcó la primera fase profunda. La imposibilidad de transportar a todos los moriscos juntos, generó una inestabilidad de la paz territorial. Sin embargo el importe de los fletes pagado por los moriscos, soluciono otro problema que podría ser fatal para la Monarquía Hispánica.
         La peor imagen de esta tragedia fue la separación entre padres e hijos, y el echo de que a aquellos que se negaban a hacerlo se les ejecutaba y a los niños se les encarcelaba hasta que finalizara la expulsión.
         Los desterrados por tierra se dirigían hacia Irún, con la obligación de dejar la mitad de sus bienes. Los más difíciles de erradicar fueron los que estaban asentados en la corona de Castilla. Esta salida de los moriscos se hizo de forma pacífica, sin necesidad de ningún edicto de expulsión.
         Sin embargo la expulsión andaluza fue embarcada por decreto, por los puertos de Sevilla y Málaga. En el reino de Aragón la expulsión se hizo por la vía del consejo de Estado mostrando la grandeza de la autoridad monárquica. El autoritarismo regio se dejo sentir con mucha fuerza a través del ejercito militar.
         La operación fue muy compleja, en ella participaron galeras españolas e italianas, multitud de mercantes particulares, tropas de infantería así como  una gran financiación.
La administración política estaba formada por el consejo de estado, la Hacienda y por comisarios especiales. El problema financiero se notó por la incapacidad de la corona para sostener las estructuras militares durante la expulsión. El destierro llega a unos 275000 moriscos a los que había que sumar los salidos de forma clandestinamente y los muertos por penalidades. A los antiguos-múdejares castellanos se les permitía emigrar libremente. Este proceso acabo a comienzos de 1614 con la expulsión de los últimos descendientes de los antiguos múdejares, ayudando a la reafirmación de la Monarquía Hispánica.
 La expulsión de los moriscos provocó la disminución de la población, la falta de mano de obra en el campo y en la huerta, los cambios en la titularidad de las propiedades, la eliminación de una posible quinta columna en caso de invasión otomana y la culminación del proceso de unificación religiosa.
El libro que Carmen Boullosa publicará como El Velázquez de Paris, englobará todos los detalles históricos y estéticos de este capitulo decisivo en la historia de España. Carmen Boullosa se infiltrará en este capitulo histórico, tomando nota de todo detalle que trasluce un lienzo de Velázquez, así como del fruto de su imaginación.
Este cuadro es el testimonio visual de un horror mayúsculo que arrancó a miles de moriscos de su tierra obligándolos a embarcarse con algunos de sus bienes en una galera turca. El lienzo parece seccionado en varias partes recogiendo todas las costumbres y ritos mudéjares tales como la vestimenta morisca característica o celebraciones conforme a sus costumbres. En el centro esta enfocada la imagen del  rey Felipe III, gobernante de la Monarquía Hispánica, al que Velázquez parece favorecer situándolo de esta manera, por tomar la decisión drástica de expulsar a los moriscos además a su derecha está una matrona en armadura, representa a España, y es la única alegoría que hay en el lienzo. Las imágenes sucesivas parecen formar una capa de argumentación histórica, que muestra todos los elementos y eventos anteriores o posteriores a la expulsión: los miles de moriscos desvencijados, los soldados alineados, sutiles imágenes representando mujeres vestidas a la prohibida usanza morisca, bailando danzas leyla, a unas madres separadas de sus hijos, o a un grupo de muchachos con cadenas atadas a los tobillos.
El lienzo parece seccionarse en pequeñas historias cada una impresionando por la crueldad y el horror: Todas estas secuencias, representan de manera simbólica las treinta y cinco expediciones, realizadas por Felipe III y los soldados, planteadas para echar fuera a los moriscos.