Los
primeros teóricos del socialismo, como Joaquín Abreu, Fernando Garrido o Sixto
Cámara, eran burgueses demócratas, influenciados por el utopismo de Fourier,
Owen o Saint-Simon. Tenían más de protesta contra la industrialización q de
reivindicación de derechos laborales. La creación de las primeras asociaciones
mutuas, cooperativas capaces ce plantear huelgas y negociaciones. La burguesía
isabelina reaccionó contra estos primeros conatos.
El
inicio del Sexenio Democrático abrió nuevas expectativas que el proletariado
pudiera defender sus propios intereses. En 1869 llegó a España Giuseppe
Fanelli, discípulo anarquista Bakunin, como propagandista de la Asociación
Internacional de Trabajadores (AIT). Al año siguiente organizó en Barcelona el
Primer Congreso de la Federación Regional española de la Primera Internacional.
Alarmados los partidos monárquicos buscaron en las Cortes ilegalizar a la AIT
en España, pero chocó contra el derecho constitucional de asociación. Pero los
internacionalistas sufrieron la división del movimiento obrero europeo entre
bakuninistas y marxistas. En abril de 1872, el Congreso de Zaragoza supuso la
expulsión de los marxistas, que fundaron la Nueva Federación Madrileña, orígen
pocos años después del Partido Socialista Obrero Español, mientras de las organizaciones fieles a la AIT se
imponían las tesis anarquistas (Congreso de Córdoba, en 1873). La resistencia
del empresariado, la alta conflictividad social, la brevedad del período
republicano impidieron que esta legislación se implantara. Con la restauración
de la Monarquía el asociacionismo obrero iba en retroceso.
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