domingo, 28 de abril de 2013

La agricultura en el sXVIII


LA AGRICULTURA DEL SIGLO XVIII
En el siglo XVIII la tierra representaba todavía la fuente principal de riqueza para todos los países europeos, a la par que era en la misma donde la mayor parte de los hombres se ganaba la vida. En Rusia las familias campesinas eran nueve de cada diez, en Francia, ocho de cada diez. Aunque la importancia de la agricultura era común, los tipos y métodos de cultivo, o el sistema de propiedad y la situación social del campesinado eran diversas.
Áreas de cultivo
El «paisaje» agrícola europeo se dividía en cuatro áreas principales de cultivo, que se distinguían en general por la naturaleza de las cosechas o de su ganadería y los tipos de agricultura que en ellas se practicaban.
En el norte y centro de Europa, en Noruega y Suecia, el cultivo dominante era la cebada, mientras que un poco más al sur era más frecuente el centeno, también encontramos zonas dedicadas al lúpulo y al viñedo y aún más al cáñamo y al lino. La cría de ganado era general, con una larga tradición en las franjas boscosas del norte, y se fue extendiendo a lo largo del siglo a las llanuras del sur. En Dinamarca y regiones colindantes el engorde del ganado y la especialización lechera llegaron a constituir la más importante fuente de prosperidad.
Otra región abarcaba el litoral atlántico, llegando hacia el sur a los Alpes y las pendientes meridionales del Macizo Central: el norte de Renania y Westfalia, los Países Bajos, las Islas Británicas, el norte y el oeste de Francia y la parte septentrional de la Península Ibérica. Era una región muy variada que propició una gran diversificación y flexibilidad de cultivos.
Finalmente, se encontraban los países bañados por el Mediterráneo: la mayor parte de España, Italia, Grecia y la zona sur de Francia. En las zonas montañosas, la actividad más importante era la silvicultura y la cría del ganado lanar y vacuno. A lo largo de la costa, los cultivos principales eran la vid, las aceitunas, los frutos cítricos, las moras, las almendras y, ocasionalmente, el algodón y la caña de azúcar. Las pendientes interiores y las laderas eran las zonas más favorecidas por la naturaleza: trigo, maíz, centeno, cebada y mijo encontraban cabida. El valle del Po y Lombardía se contaban entre los sectores más dinámicos.
Los factores del desarrollo agrícola del siglo XVIII
En el segundo tercio del siglo XVIII, se iniciara un cambio esencial de la agricultura europea: la regresión del barbecho. En cuanto al abono de tierras, hasta el siglo XIX la ganadería no proporcionó el estiércol suficiente. En algunas zonas se recurría al limo, al cieno, a las cenizas y turbas y a las algas.
Tampoco el utillaje experimentó una evolución importante. La trilladora mecánica no se implantó hasta finales de siglo en Escocia, mientras la sembradora mecánica se expandió ampliamente en las Provincias Unidas, los Países Bajos y la Inglaterra del sur.
Tipos de cultivo
Cabe destacar la rotación de cultivos que iniciada en los Países Bajos fue extendiéndose conllevando a la inexistencia de tierras sin cultivar.
Por otro lado, la patata que no  había gozado de gran éxito a partir de la última década del siglo, desempeñó un gran papel en Irlanda, Escocia y Flandes. En el resto de Europa, persistió como cultivo marginal aunque expansivo sobre todo con la llegada de la crisis cerealística (1740-1742)
Destaca sobresalientemente el maíz provocó grandes transformaciones en la agricultura tradicional en Aquitania, donde ocupó el lugar del barbecho, y en Italia septentrional, donde se convirtió en la base de la alimentación, mientras cubría más de un tercio de las llanuras irrigadas de España.
Durante el siglo XVIII, comerciantes y consumidores tenían a su disposición una mayor cantidad de productos que en siglos anteriores, aunque tal vez la calidad no fuese superior. El ciclo infernal del hambre pudo romperse.
La estructura social agraria
El nudo del problema del progreso agrícola era, en último término, claramente social. El porvenir capitalista de la agricultura chocaba con la lógica feudal. La lucha que se abrió, originó tres tipos de resultados: la culminación de la segunda servidumbre en la Europa central y oriental, la revolución agrícola inglesa, y la reacción señorial y rentista francesa.
Se produjo así un cambio en la estructura agrícola: se comenzó a cercar los campos. El cercado constituyó la sustitución de los derechos comunales por la propiedad privada. Estos cambios dieron paso a la llamada revolución agrícola producida en Inglaterra que duraría hasta mediados del sXIX. La revolución agrícola fue un período durante el cual existió un incremento muy alto de la productividad agrícola, del rendimiento y de la producción total.

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